Tardes doradas de ardiente verano
Como tu blanco pecho al roce de mi mano
Y tu pelo a merced de la tenue y ligera brisa
Sobre mi rostro enternecido a su caricia
Tarde de romance exquisito y seductor
Al sentir tu suave piel que me acaricia
Y en tus labios que destilan el licor embriagador
He deleitado a mis sentidos en tu copa de ambrosia
Enredaba tu pelo el viento y su murmullo
Y al calor de tu cuerpo virginal he bebido
El vino embriagador de tu arrullo
Y al dulce timbre de tu voz caí rendido
Y de tu piel de ángel la enloquecedora fragancia
Extasiada mi alma en el vergel de tu regazo
Vuela libre y voluntaria me sentencia
A la prisión sagrada de tu eterno abrazo
Eres mía al fin. Mía hasta la muerte
Y que Dios un día sin compasión ni pena me arrebate
La existencia bendecida si un día he de fallarte
Pues, solo muerto pagare el desvarío de no adorarte
23/11/2009 23:03:08
Sueños, desengaños, ilusiones, cicatrices. Lo que mi alma encierra escondida detras de la vaporosa gasa del olvido de los años. Mi agridulce niñez, mi tragica adolescencia, mi juventud marcada de melancolia, mis sueños frustrados, la inconformidad con la vida, el malestar de no entender al mundo ni ser entendido por el, la indiferencia de los seres incapaces de soñar, el dolor de estar vivo, el amor a la muerte, las ganas de volar. Mis vivencias sueños y pesares.
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