Yo te amo con mi alma niña mía
De tal suerte que te veo hasta dormido
Porque no solo eres mi niña mujer mi poesía
Sino el rocío puro y fresco de mi llanto herido
Y si la palabra perfecta tuviera en mi boca
Para proclamar a los cuatro vientos el sentimiento mío
Gritaría lo que mi alma implacablemente evoca
El recuerdo tuyo que me atormenta impío
Mi voz imperceptible para llamarte mía;
Con mi aliento grabar en el viento tu nombre
Y gritarle al mundo la razón de mi agonía
Que soy todo tuyo, que no te asombre
Angustia eterna, que tu ausencia me condena
Tu sentencia aterradora roba mi calma
Ahora el cierzo frío envuelve mi alma
Renuente e infeliz a tu proclama
Maldecida e infeliz existencia la mía
Empañada por la efigie de mi llanto
Como la cetrina y turgente roca fría
Cubierto de musgo su leal basalto
Tu boca perfecta hilvana hiriente
El acento que puso mi sentido delirante
El tormento, tu fino puñal lacera mi pecho
Despertando aletargado senil despecho
Alma mía, solitaria yaces inerme
Entre vestigios de mis adorados sueños
Mi bien, la esperanza que en ti duerme
Opacada por ruines desengaños
Sombras solo es lo que vislumbro
En el dolor que en mi, lacónico retumba
Y si supieras que aun yo te nombro
En el frío y soledad de mi abierta tumba
Será entonces, el declinar certero
En el terrible placer de arrancarme la vida
Una tarde en la que ansiosamente espero
En soledades abruptas de inentrañables paisajes
Para mi niña mujer: 28/06/08
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