lunes, 14 de diciembre de 2009

AL OTRO LADO DE LA VIDA

Mi vida llega a su ocaso y se extingue mi existencia
Cuando sangran las heridas, en mi niñez abiertas
Acentuadas en los años de mi ruin adolescencia
Cuando a la vida gritaba mi alma yerta
¡Tuyo fue el error! ¡Tuya fue la culpa!
¡Cómo permitiste que viera la luz, es tu culpa!
¿Porque no apagaste mi vacua existencia?
¿Porque permitiste mi baladí nacencia?
Porque no se apagó la brisa de mi existencia
Cuando suspiraba con mis infantiles sueños
Y mi alma tenaz buscaba en la distancia
La eterna luz que se perdió con los años
Mi adorada y triste niñez, trágica ironía
Se esfumó invisible y en fugaz carrera
Cuando la vida presentaba serena felonía
A la que cuenta de la jornada rindo ahora
Me perderé entonces en larga travesía
El viaje apresuraré del valle de mis penas
Y como las tardes se separan del triste día
El alma dejará mi cuerpo rompiendo las cadenas
En el insondable murmullo de una quimera
Se perderá ya, y para siempre entonces
El silencio y la congoja última de mi alma postrera
Y el último aliento de mis pasados atroces
Talvés mi alma vagabunda encuentre un día
En la inmensidad espacial donde se volatilice
Mi último sueño y mi anhelo se cristalice
Y encuentre por ventura la calma a mi agonía
Pero ya en el espacio infinito donde mi corazón
Detenga para siempre su tormentoso palpitar
Y mis ojos ya cubiertos de nublada razón
Y perdido para siempre mi nostálgico mirar
Esparciré en el viento las semillas de mis sueños
Que se habrán ido conmigo en mi eterno viaje
Cuando habré dejado en la tierra mis tristes años
Y me lleve tan solo tristeza en mi bagaje
Ya entonces mi espíritu volará al fin, libre
El olvido borrará mis huellas, como el viento
En la cordillera desaparece las nubes en el aire
Y callará eternamente el timbre de mi canto
Y lejos, en un rincón olvidado mis huesos
Descansen eterno sueño bajo la clara luna
Y los lejanos astros vagabundos y serenos
Iluminen mi cruz en largas noches de bruma

2007-05-23

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