lunes, 14 de diciembre de 2009

PLEGARIA

Señor, si en mi alma encendiste
La llama que consume arrolladora
Y en su carita inocente pusiste
Esa belleza infantil y seductora

Si en su ser divino, ingenuo y claro
La pureza de las vírgenes pusiste
Y a su aura intensa de galas viste
La intensidad luminosa de un faro

En el fino mármol que cubre su frente
Cuantas veces se posó la mirada mía
Y fugaz y etéreo cruza en mi mente
La caricia de su boca de ambrosia

Su candidez virginal, belleza de estrella
Inocencia sutil exhala candorosa
Esa alma tan pura emblema de doncella
Aroma de su ser, de diosa o musa

En sus eternos y oscuros ojos bellos
Mi alma se posa embebecida
Y en la ondulada cascada de sus cabellos
Fugaz fantasea, lírica y perdida

Este delirio de eternamente amarla
Como se ama febrilmente un imposible
¿Qué hay en mí que no pueda hallarla?
¿Ni nada que el amor lo haga imposible?

Si por ventura nunca he de tenerla
Preciso es que me arranque la vida
No podré pensar que existe, y al verla
Será como fuego ardiendo en mi herida

Arráncame las entrañas con tus manos
Y quítame señor mi desgastada agonía
Calma el fuego que solaz me consume
Con la paz que presiento en la tumba fría


28/06/08

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