La noche esta callada y tú no estás conmigo
Lejos, allá muy lejos escucho al viento
Desplegar sus inmensas alas quitándome tu abrigo
Y tú no estás conmigo y percibo un lejano canto
Y el alma cae al vacío que deja el abandono
Y tú no estás y cómo duele tu ausencia
El dolor golpea mi alma ¡y cuanto te amo!
Y por eso, como duele la misma existencia
En la noche impávida resplandece
El silencio sepulcral de mi condena
Y lúgubre y sombría el alma se estremece
Aún en mi está inamovible tu recuerdo
En mi mente; inquebrantable como cadena
Royendo incompasible, sabiendo que te pierdo
Agosto /11/ 2008
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